Las nuevas normativas del ayuntamiento de madrid han generado cierta controversia en los propietarios de viviendas turísticas, una de las medidas ha sido que los pisos que se destinen a uso turístico en Madrid, solo podrán estar en un primer piso,no solo en el distrito Centro, sino en toda la capital. Después de que la Junta de Gobierno del Ayuntamiento aprobará el avance de la modificación de las normas urbanísticas del Plan General de Ordenación Urbana (PGOUM), la situación de los propietarios de viviendas de uso turístico es de total incertidumbre. La asociación Madrid Aloja, que representa a cerca de 4.000 apartamentos, ha consultado a sus asociados: sólo dos de cada diez cumplirían este requisito, lo que podría suponer que el 80% de los pisos se encuentre en situación ilegal.
Adolfo Meras, presidente de Madrid Aloja, asegura que «vamos a seguir colaborando y trabajando con el Ayuntamiento». Eso sí, con un ojo puesto en el periodo de alegaciones, en el que recurrirán como asociación. Y es que la intención de los propietarios es la de «construir sobre unas bases que ya existen», y no el asumir «con carácter retroactivo» una medida no sólo perjudicial para muchas personas; también para el turismo de Madrid.
Tal como lo indicó el representante de Madrid aloja, la ciudad de Madrid es una de las ciudades más visitadas de España, según un estudio de Eurostat, fue la quinta ciudad europea con mayor número de visitantes en 2019, con más de 8.3 millones, por detrás de País, Barcelona, Roma y Lisboa. Por otro lado, un estudio de Tourism Economics sobre el impacto de Airbnb revelaba que la aplicación generaba más de 12.000 empleos directos. Además, la asociación afirma que «la satisfacción de los clientes que se hospedan en plantas bajas no es buena: muy poca luz, apenas un punto de ventilación. Eso es contradictorio con un turismo de calidad».
Por todo ello, Madrid Aloja reivindicó ante el Ayuntamiento el plan que elaboró la asociación con el objetivo de poder armonizar su actividad económica con el bienestar de los vecinos: limitar al 40% el número de viviendas turísticas por edificio, implantación de sistemas de control de ruido y vigilancia nocturna. «Entendemos que es una situación problemática y somos los primeros interesados en combatirla. Pero se está creando una alarma en torno a los pisos turísticos que no existe», señala Meras. De hecho, muy pocas comunidades de vecinos se han acogido al derecho a votación sobre la presencia o no de estas viviendas, tal y como recoge la modificación de la Ley de Propiedad Horizontal. Y algunas, como apunta Meras, «han votado a favor» de su permanencia. Por todo ello, los propietarios esperan que el Consistorio pueda recapacitar y no limitar el desarrollo de las viviendas turísticas en Madrid.